La Serie Nacional de Béisbol ¿Espectáculo o entrenamiento?
Como se presumía,
la Comisión Nacional de
Béisbol aprobó, casi íntegramente, su propuesta de estructura para la
LII Serie Nacional, la cual concibió antes
de desarrollar quince reuniones, en igual cantidad de provincias del país, para
“supuestamente” incorporar criterios a dicho proyecto.
Esta
propuesta prevé que 16 equipos, en representación de cada una de las provincias
cubanas y el municipio especial de Isla de la Juventud, desarrollen un
todos contra todos a una sola vuelta en subseries de tres partidos, para
acumular 45, y luego los primeros ocho conjuntos, en balance de victorias y derrotas, sin
distinción de zona geográfica, pasarán a una segunda fase. Estos elencos
clasificados pueden ser reforzados con cinco atletas de los elencos eliminados,
previa baja de igual cantidad de su nómina original.
En esta
etapa cada elenco efectuará seis desafíos con sus similares para incorporar
otros 42 choques, y de ahí los cuatro vanguardistas pasarán a una semifinal
cruzada de donde emergerán los dos elencos que discutirán el título de Cuba, en
ambos casos en series de siete juegos a ganar cuatro.
¿Por qué no me parece correcta esta estructura?.
Ante todo porque privará a 7 u 8 provincias
de su espectáculo nacional
durante más del 50 % del torneo.
Al
reforzarse los equipos se cambia la estructura o integridad del que se ganó el
puesto para esa fase, en detrimento de jugadores jóvenes con calidad, pero
menos experiencia que los refuerzos. No conozco alguna liga seria en el mundo
beisbolero internacional en la que se refuercen los equipos para una
determinada etapa.
Si el
refuerzo resulta una imposición, estos pudieran tener un uso inadecuado en los
equipos donde son destinados, y si son opcionales se corre el riesgo que queden
fuera de esa etapa importantes figuras de la pelota nacional.
Por otra
parte los refuerzos pudieran perder motivación al representar a equipos que no
son de sus simpatías, o con los que existe especial rivalidad. Me pregunto cómo
la afición asimilará que un refuerzo se convierta en el protagonista de las
victorias de su equipo y hasta de la decisión de un lugar de privilegio o el título.
Opino que
cuando los aficionados de los equipos no clasificados vean a los peloteros de
su provincia diseminados en diferentes elencos, no encontrarían a cual apoyar o
seguir en el resto de la serie.
Por otra
parte a no ser una razón puramente económica e ineludible no entiendo como desechar una estructura que
durante 13 años demostró ser la más
atractiva de las que se han experimentado en la pelota revolucionaria cubana.
Este
cambio de estructura vuelve a echar por
tierra los record individuales y colectivos establecidos, eliminando un
importante referente para evaluar la
calidad de nuestro béisbol.
Con la
estructura que se propone pudiéramos convertir durante diez meses a importantes
plazas beisboleras del país en sitios que solo convidan al bostezo. En tanto en
aquellos años que no tengamos ni “clásicos” ni “premier”, esta estructura
resultará más obsoleta aún.
Mientras
ocho provincias se convertirán en las principales protagonistas de la Serie Nacional, en las
restantes la falta de incentivo hacia ese evento pudiera coadyuvar a que otros
deportes como el fútbol, con trasmisiones de los eventos de mayor calidad del
mundo, sigan calando en el gusto popular por encima de nuestro deporte
nacional.
Téngase en
cuanta que en el país cada día los eventos deportivos que atraen multitudes
escasean o desaparecen, varias provincias como la nuestra no están
representadas en la Liga Superior
de Baloncesto, mientras el torneo de ascenso desapareció, tampoco toman parte
en la Liga de
Voleibol, el fútbol ha visto contraerse
a su evento, y el Nacional de Boxeo por equipos solo ocupa dos semanas y en
sedes fijas.
Creo que
para aumentar el “techo” de nuestra pelota más allá de cambiar la estructura de
nuestra serie nacional hay que pensar en mejorar la práctica del béisbol en la
base, desde la captación de talentos, hasta la calidad de los técnicos que
laboran allí, la calidad y estructura de
los torneos pioneriles, y escolares. Por su parte las Series Provinciales
se realizan a puro pulmón, con muy poco o ningún apoyo material de la Dirección Nacional.
Aunque no
creo que resulte una tarea fácil, hay que buscar variantes que incrementen la
motivación de nuestros atletas por representar a su tierra, para, si no evitar, al menos reducir el éxodo de
nuestros peloteros, en busca sobre todo, de beneficios económicos.
Es el
momento de colocar en una balanza, con una visión clara de la relación
costo/beneficio, si debemos convertir a nuestra serie nacional en una
preparación de nuestros atletas para eventos internacionales, que cada día son
menos, o debemos mantener el concepto de espectáculo nacional, el más
importante que se realiza en el país en cualquier esfera de la vida social.
Ojala no sea esta estructura una estocada para nuestro pasatiempo nacional.
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