Más aciertos que desiertos en la Serie Provincial de Béisbol en Holguín
Con muchos más aciertos que
desaciertos culminó este domingo la XXXVI
Serie provincial de Béisbol en Holguín con la merecida
coronación del equipo de Gibara, tras 27 años de espera.
La utilización de una estructura
novedosa con dos etapas preliminares, donde en la segunda los mejores equipos
de una zona se enfrentaron a sus iguales de la otra, gustó en sentido general.
Otro elemento aprobado por la
gran mayoría fue la posibilidad de que atletas destacados de los equipos fuera
de la segunda fase participarán como refuerzos de los clasificados, pues además
del justo reconocimiento a estos beisbolistas, ayuda a elevar la calidad de los
elencos que se mantienen en concurso.
Otra fortaleza del campeonato
resultó el cumplimiento de la casi totalidad del calendario, pues en la primera
parte de la lid cada equipo desarrolló todos los partidos programados, y en la
segunda solo no se efectuó la subserie entre los Vaqueros de Calixto García y
los Diablos Rojos de Moa, pospuesta por la fiestas populares en la tierra del
níquel, y luego innecesaria para la clasificación hacia la discusión de las
medallas.
Vemos con buenos ojos que Gibara
se haya llevado el trofeo mayor, porque constituye la coronación al esfuerzo de
muchos años, tanto de atletas como entrenadores que en varias ocasiones habían
rosado la miel del título, pero que desde 1985 le había resultado inasequible.
También resulta positivo para la
pelota holguinera el ascenso de Sagua de Tánamo a la élite, ya que es esta una
tierra prodiga en peloteros de calidad que han merecido la gloria, además vale
recordar que los cafetaleros, en los primeros quince campeonatos provinciales,
lograron coronarse en seis ocasiones, y todo parece indicar que no demorarán
mucho en conquistar su séptima corona.
También las palmas para los
Azucareros de Cacocum que en cinco peleados encuentros derrotaron al campeón
defensor y nueve veces titular, los Tigres de Báguano, para merecer la medalla
de bronce y aliviar el dolor de la barrida sufrida el pasado año en el Play Off
final ante estos propios sus rivales.
Estas son evaluaciones obvias que
se desprenden de resultados palpables o visibles, pero sabemos que no todo fue
color de rosas en el evento, y que ante la mirada escrutadora de los directivos
y especialistas de la Comisión Provincial
saltan muchas insuficiencias que lastran la calidad técnica del evento y que
pueden comprometer el futuro del béisbol en Holguín.
Conocemos que la dirección de
equipos sigue siendo una debilidad en la provincia, como lo es en el país, y
son recurrentes sistemas de preparación obsoletos, escaso arsenal de tácticas y
estrategias en las diferentes situaciones de juego, tratamientos paternalistas
hacia aquellos atletas con determinado historial, y desconocimiento de las
Reglas Oficiales del Béisbol que muchas veces llevan a los managers a cometer
violaciones que empañan el espectáculo.
También se perciben actitudes
negativas de peloteros que no ponen alma, corazón y vida en el terreno, y
muestran bajo sentido de pertenencia y
de compromiso para con su equipo y su afición, actitudes deleznables que
merecen ser combatidas con rigor.
Es una realidad que no en todos
los municipios el apoyo a la pelota es el adecuado, y en muchos de ellos solo
se realizan evaluaciones post competencia, pero no se le brinda el seguimiento
necesario al equipo durante la competencia, impidiendo que necesidades
individuales y colectivas puedan ser atendidas.
No por repetido resulta válido
expresar que la mayor responsabilidad en el desarrollo del béisbol está en los
directivos del deporte, junto a entrenadores y atletas, pero ellos necesitan
del apoyo concatenado de las direcciones políticas, administrativas y sociales
de cada territorio, y en eso los municipios de Sagua de Tánamo y Gibara, en
esta ocasión, resultaron dignos ejemplos.
0 comentarios:
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio